miércoles, 28 de abril de 2010

San Luis María Grignon de Monfort

Y el Totus tuus (todo tuyo) de Juan Pablo II a la Virgen María

Textos tomados de Corazones.org

Su Santidad Juan Pablo II era un gran devoto de San Luis. De el tomó su lema Totus tuus y se ha referido al santo en su encíclica Mariana Redemptoris Mater y en muchas otras ocasiones. También visitó su tumba Saint Laurent sur Sevre, añadiéndola al itinerario de su visita a Francia. Allí, junto a la tumba sufrió un atentado, plantaron una bomba que fue descubierta por la seguridad. Providencialmente, nada detuvo al Papa de honrar al santo que tanto ama.

Escritos
San Luis dio a la Iglesia las obras mas grandes que se han escrito sobre la Virgen Santísima: El Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen (libro recomendado), El Secreto de la Virgen, y El Secreto del Rosario. A estos se añade A los Amigos de la Cruz. La Iglesia ha reconocido sus libros como expresión auténtica de la doctrina eclesial. El Papa Pío XII, quién canonizó a San Luis dijo: "Son libros de enseñanza ardiente, sólida y autentica."

Muerte y canonización
-San Luis murió en Saint Laurent sur Sevre el 28 de Abril de 1716, a la edad de 43 años.
-Fue beatificado en 1888 y canonizado el 20 de Julio de 1947.
-Es venerado como sacerdote, misionero, fundador y sobre todo, como Esclavo de la Virgen María.

Sobre la tumba de San Luis de Monfort dice:
¿Qué miras, caminante? Una antorcha apagada, un hombre a quien el fuego del amor consumió, y que se hizo todo para todos, Luis María Grignion Monfort.
-¿Preguntas por su vida? No hay ninguna más íntegra,
-¿Su penitencia indagas? Ninguna más austera.
-¿Investigas su celo? Ninguno más ardiente.
-¿Y su piedad Mariana? Ninguno a San Bernardo más cercano.
Sacerdote de Cristo, a Cristo reprodujo en su conducta, y enseñó en sus palabras.
Infatigable, tan sólo en el sepulcro descansó, fue padre de los pobres, defensor de los huérfanos, y reconciliador de los pecadores.
Su gloriosa muerte fue semejante a su vida. Como vivió, murió.
Maduro para Dios, voló al cielo a los 43 años de edad.

lunes, 26 de abril de 2010

La homilía de hace 5 años al inicio de su Pontificado

TEXTOS SELECTOS DE HOMILÍA DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI EN EL SOLEMNE INICIO DE SU MINISTERIO PETRINO COMO OBISPO DE ROMA.
(El color en el texto no es del original)

Plaza de San Pedro
Domingo 24 de abril de 2005

(…) Por tres veces nos ha acompañado en estos días tan intensos el canto de las letanías de los santos: durante los funerales de nuestro Santo Padre Juan Pablo II; con ocasión de la entrada de los Cardenales en Cónclave, y también hoy, cuando las hemos cantado de nuevo con la invocación: Tu illum adiuva, asiste al nuevo sucesor de San Pedro. He oído este canto orante cada vez de un modo completamente singular, como un gran consuelo.
(…) Una vez más, lo sabíamos; sabíamos que no estamos solos, que estamos rodeados, guiados y conducidos por los amigos de Dios. Y ahora, en este momento, yo, débil siervo de Dios, he de asumir este cometido inaudito, que supera realmente toda capacidad humana. ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Cómo seré capaz de llevarlo a cabo? Todos vosotros, queridos amigos, acabáis de invocar a toda la muchedumbre de los santos, representada por algunos de los grandes nombres de la historia que Dios teje con los hombres. De este modo, también en mí se reaviva esta conciencia: no estoy solo. No tengo que llevar yo solo lo que, en realidad, nunca podría soportar yo solo. La muchedumbre de los santos de Dios me protege, me sostiene y me conduce. Y me acompañan, queridos amigos, vuestra indulgencia, vuestro amor, vuestra fe y vuestra esperanza. (…)
¡Queridos amigos! En este momento no necesito presentar un programa de gobierno.
Algún rasgo de lo que considero mi tarea, la he podido exponer ya en mi mensaje del miércoles, 20 de abril; no faltarán otras ocasiones para hacerlo. Mi verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino de ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él, de tal modo que sea Él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia.(…)
Una de las características fundamentales del pastor debe ser amar a los hombres que le han sido confiados, tal como ama Cristo, a cuyo servicio está. “Apacienta mis ovejas”, dice Cristo a Pedro, y también a mí, en este momento. Apacentar quiere decir amar, y amar quiere decir también estar dispuestos a sufrir. Amar significa dar el verdadero bien a las ovejas, el alimento de la verdad de Dios, de la palabra de Dios; el alimento de su presencia, que él nos da en el Santísimo Sacramento. Queridos amigos, en este momento sólo puedo decir: rogad por mí, para que aprenda a amar cada vez más al Señor. Rogad por mí, para que aprenda a querer cada vez más a su rebaño, a vosotros, a la Santa Iglesia, a cada uno de vosotros, tanto personal como comunitariamente. Rogad por mí, para que, por miedo, no huya ante los lobos. Roguemos unos por otros para que sea el Señor quien nos lleve y nosotros aprendamos a llevarnos unos a otros.
(…)

domingo, 25 de abril de 2010

Dia mundial del libro en abril (23)

23 de ABRIL: DIA MUNDIAL DEL LIBRO

Ofrecemos una serie de enlaces que ojalá sirvan para motivar a comenzar, renovar o mantener la pasión por la lectura. Muchos enlaces surgen del primero, aquí los colocamos directamente para facilitar la “curiosidad”

Un envidiable lujo universitario: seminario de lectura. Dr. Juan José García-Noblejas en scriptor.org Da noticia del Seminario de lectura 1 x 1, en la Universidad de los Andes.
Aquí


¿Por qué los libros? Carmen Sofía Brenes, en la Universidad de los Andes.
Nos invita a
Sumergirnos en los libros


De aquí sale el enlace al Blog Leyendo se entiende la gente , y a dos artículos de Alejandro Llano La manía de leer y
Leer en verano

En la página familiar La Familia.info en su sección Cutura y Ocio/ Libros y Bibliografías, abarca: Lecturas recomendadas, Libros infantiles, Libros juveniles, Libros virtuales, Listas bibliográficas y reseñas de libros.

También es interesante el blog de Javier Cercas Rueda Pasen y lean

viernes, 23 de abril de 2010

Aplicación del IPAD puede mostrar el bebé en su gestación

Una nueva aplicación para el iPad ayuda a los padres a seguir el embarazo de un modo totalmente nuevo
(video de la agencia romereports)

Se trata de la aplicación ‘Hello Baby’, creada por la empresa de pañales Pampers que se puede descargar gratuitamente. Permite a los usuarios de iPad y a sus familias ver el desarrollo del futuro bebé en tiempo real.

Si se introduce la fecha en la que la madre saldrá de cuentas, podrá ver cómo crece el bebé desde la cuarta semana hasta la número 40. Los padres verán los importantes cambios a través de clips de audio, imágenes detalladas y los botones de la pantalla.

Además, sosteniendo el iPad sobre el vientre, las madres pueden hacerse una idea del tamaño real del feto.

La aplicación permite ver primeros planos de las manos y de los pies, escuchar cómo sonará el latido del corazón e incluso hacer cosquillas en los pies del bebé.

Se pueden introducir detalles como la fecha probable de parto, el nombre, sexo, tamaño y peso para personalizar esta aplicación. Y si damos las medidas de ultrasonido se puede ver el tamaño de su bebé.

Una interesante opción con las que los futuros padres podrán compartir estos momentos únicos en cualquier sitio en el que estén.

IS/BR
LB
-BN-

jueves, 22 de abril de 2010

Capicúa: un corto solidario que triunfa

El centro es la persona que sirve y que es servida, que ayuda y que es ayudada


martes, 20 de abril de 2010

domingo, 18 de abril de 2010

El verdadero enamoramiento

EL VERDADERO ENAMORAMIENTO REQUIERE UN ESFUERZO
(De Alfonso Aguiló en www.interrogantes.net)

"Contemplaba su juventud y su belleza como algo que jamás fuera a agotarse. No comprendía aún que ningún amor debería apoyarse demasiado en la belleza. ¿Por qué nos negamos a admitir que la belleza y la juventud son fortunas prestadas? ¿Por qué imaginamos siempre que lo que nos encandila hoy nunca podrá convertirse en el peor de los desamores cuando llega el mañana?

"Nuestra boda no fue por amor. Fue una boda por simple enamoramiento. Esos enamoramientos que son sensaciones que provocan intercambios de certezas, besos, abrazos y un sinfín de intuiciones proclives así al egoísmo de creernos dueños del mundo, con derecho a imaginar maravillas perpetuas y un continuo esperar lo que, cuando llega, nos deja fríos. En aquella época, yo no sabía hasta qué punto ese enamoramiento puede ser simple egolatría, ganas de ver en el otro lo que nosotros queremos ver y que, al imaginar lo que vemos, todo se nos vuelve atracción, necesidad de fundir nuestros deseos a los de la persona de la cual nos enamoramos. Y es que, en el fondo, lo que hacemos es enamorarnos de nosotros mismos.

"Veíamos aquello como una eternidad de novela bucólica, con cielos nítidos, siempre soleados, no exenta de pesadillas, de lobos acechando una manada de corderitos buenos, de turbiedades inesperadas, de cambios de humor
."

Así rememoraba el protagonista de una novela de Mercedes Salisachs la historia del comienzo de su matrimonio. La historia de una decepción, de muchas frustraciones y egoísmos hasta llegar a comprender que la mayor parte de lo que nos atrae con la vista es sólo pura fachada, hasta comprobar que el atajo del deseo deja casi siempre un poso de insatisfacción, un triste sabor a desengaño. Eros, esa especie de minidiós griego, mensajero del amor, heredó de sus padres una naturaleza contradictoria que le hizo rico en deseos y pobre en resultados. A ese diosecillo travieso y juguetón le gusta llamar a nuestro corazón por medio de la belleza corporal, y esa llamada nos parece a veces irresistible. Luego vienen concesiones que no dan lo que prometen, que nos atraen pero luego echan a volar.

Deseo y amor
Desear a otra persona no es lo mismo que amarla, y el deseo, muchas veces, lo que en realidad pretende es utilizar, poseer, manipular. La fuerza del deseo, sobrecargada en nuestros días por el impulso de los omnipresentes mensajes eróticos, hace que la imaginación, la sensibilidad, la memoria del hombre actual estén condicionadas por un potenciamiento excesivo y enfermizo del deseo. Para descubrir la riqueza propia de la otra persona, para llegar a conocerla y a enamorarse de verdad de ella, y no simplemente desearla, es preciso un esfuerzo nada despreciable. Cuando el enamoramiento recae demasiado en lo corporal, aquello ofrece poca consistencia respecto al futuro, porque lo corporal es la parte más efímera de lo humano, la parte más volátil, la que más sufre el declive del paso de los años.

El verdadero enamoramiento lleva siempre a una dilatación de la personalidad, es un alegrarse más con la felicidad del otro que con la propia. Es meter al otro como protagonista fundamental de nuestro proyecto de vida. Queda entonces comprometida nuestra libertad, y eso siempre cuesta, porque significa renunciar a muchas cosas, porque el amor actúa como una fragua donde se templan nuestros egoísmos y nuestros deseos. Porque hay deseos nuestros que no son compatibles con ese amor, deseos que quizá hasta entonces eran buenos y legítimos pero que ahora ya no lo son. En cualquier amor, una vez pasado el acné del primer enamoramiento, la clave del éxito está en ese doloroso proceso de purificación de los deseos. Se trata de una dura prueba, que sirve para foguear y madurar esa relación, que saca a la luz la calidad del material de que estamos hechos y que, sobre todo, saca a la luz la realidad de nuestro empeño por mejorar. Si no se supera esa prueba, en el fondo nos habremos enamorado de nosotros mismos.

sábado, 17 de abril de 2010

Plan del viaje del Papa a Malta

viernes, 16 de abril de 2010

16 de abril cumpleaños del Papa

miércoles, 14 de abril de 2010

La atención y el trabajo mediático simultáneo

Las decisiones más importantes no las toma un ordenador



Frank Schirrmacher, uno de los editores del Frankfurter Allgemeine Zeitung, ha demostrado en libros anteriores su olfato para detectar temas importantes. En su última obra, Payback, se plantea cómo mantener la agudeza mental en un mundo en el que la abundancia de información y la multitarea apenas dejan tiempo para pensar y mantener la atención.
Artículo tomado de http://www.aceprensa.com/
Firmado por José Félix Pons de Villanueva
Fecha: 6 Abril 2010

“Cuanto más penetra el ordenador en nuestro modo de hablar y en nuestra comunicación, tanto más urgente es una educación con el fin de mostrar que los modos de comportamiento humano más valiosos no se caracterizan por la posibilidad de ser anticipados”. Esta es, a mi modo de ver, la sentencia más aguda del último libro de Frank Schirrmacher, Payback (1), en el que aborda por qué en la era de la información nos vemos obligados a hacer lo que no queremos y cómo podemos recuperar el control sobre nuestro pensamiento. El acercamiento antropológico al fenómeno de la red es realmente una asignatura pendiente.

El conocido editor del Frankfurter Allgemeine Zeitung, Frank Schirrmacher, fue premiado como periodista del año 2004 por su libro Das Methusalem-Komplott, que trata sobre el envejecimiento de la población y la crisis demográfica (cfr. Aceprensa 14-07-2004). En 2006 marcó el tema del año en Alemania con su libro Minimum sobre la familia como columna vertebral de la sociedad. En 2007 fue el primer periodista en recibir el premio Jacob-Grimm de la lengua alemana.

Según Schirrmacher “las tres ideologías que han cambiado de un modo más radical la vida de los hombres en los dos últimos siglos han sido el taylorismo –es decir, la optimización del trabajo controlado por un cronómetro y la obsesión por la máxima eficacia–, el marxismo y el darvinismo. A estos tres modos de ver el mundo los encontramos de nuevo juntos en la época de la digitalización en forma personificada. El taylorismo bajo la forma de la multitarea (realizar varias tareas al mismo tiempo), el marxismo en la forma de la información gratuita y en la autoexplotación con el microtrabajo en la red (del que se aprovecha sobre todo Google) y el darvinismo en la forma de la ventaja que obtiene el primero entra en posesión de una información decisiva”.

Devorar datos

La avidez por conseguir información sigue mecanismos similares a la necesidad de conseguir alimento. A veces incluso es más bien un devorar inconsciente que un digerir. Es necesario ir pensando en la dieta informática. La distracción se ha convertido en “trabajo”. La red está cambiando nuestra forma de pensar. Acumulamos muchos conocimientos en nuestro cerebro y ya se habla de la existencia de un “cerebro externo”, que es la red. Ahora bien, la utopía de que un ordenador que llegue a “pensar”, es eso, una utopía. Un ordenador no tiene más inteligencia que la que le metemos dentro.

El mayor riesgo es, sin embargo, la pérdida del fundamento de toda decisión inteligente: la atención. Al manejar varios programas al mismo tiempo sufrimos constantes distracciones. Tardamos unos 25 minutos en entrar de nuevo en la materia que habíamos abandonado y este el motivo por el cual constantemente nos preguntamos: ¿qué estaba haciendo?

Schirrmacher cita al investigador Clifford Nass sobre la multitarea:

– Cuanto más se decanta la persona por el trabajo mediático simultáneo tanto menos es capaz de decidir qué quiere almacenar en su memoria de trabajo y, por lo tanto, todavía aumenta más su despiste.

– El que practica la multitarea pierde sistemáticamente la habilidad de distinguir entre lo importante y lo trivial. Así le ocurre también a la memoria, lo cual conlleva ser menos capaces de sacar conclusiones.

– Al practicar la multitarea se reacciona con más frecuencia ante falsas alarmas y, por lo tanto, al llegar una nueva información somos capaces de abandonar todo lo que hacíamos y perdemos la capacidad de juzgar si tenía sentido distraer la concentración o no.

– La multitarea no lleva a trabajar con mayor rapidez, sino que uno se vuelve más lento en cada una de las tareas que realiza al mismo tiempo.

– La capacidad intelectual de los que hacen varios trabajos simultáneamente produce cada vez más fallos y se deteriora.

“La cuestión de la que nos tenemos que ocupar –concluye Schirrmacher– no es qué hacemos cuando pensamos, sino qué hacemos cuando no pensamos. ¿Qué ocurre cuando nos basamos de un modo rutinario en la experiencia sin reflexionar sobre ella?. En otras palabras: ¿qué ocurre cuando nuestra atención ha sido corroída?”.

Nos distinguen las preguntas

Schirrmacher nos recuerda que lo que nos distingue de las máquinas no son las respuestas sino las preguntas. En la red queremos descubrir quiénes somos al descubrir lo que hace todo el mundo. No hay ninguna noticia verdaderamente importante que no nos llegue. Lo que ocurre es que nos volvemos cada vez más ciegos ante lo inesperado.

La informática está cambiando la forma de enseñar y de estudiar. Según cita Schirrmacher el estudiante medio se pasa tres horas y media en la red, telefonea con el móvil dos horas, escribe cada curso 42 páginas de trabajos de seminario y más de 500 páginas de emails y se pasa toda la clase mirando en Facebook... y, en parte, estudia una carrera que en el futuro ya no existirá... Conclusión: estamos perdiendo el sentido de la enseñanza y del aprendizaje. ¿De qué nos sirve el tiempo que ahorramos con las nuevas tecnologías si no lo utilizamos para pensar más sobre el fin de nuestro actuar?

Schirrmacher concluye que en los tiempos de la vida digital, en el ejercicio de nuestra libertad, lo que resulta más importante es la necesidad de un cambio de perspectiva.

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NOTAS

(1) Frank Schirrmacher. Payback. Karl Blessin Verlag. Múnich (2009). 240 págs, 17,95 €.

lunes, 12 de abril de 2010

Una Novena (¡y más!) por el Santo Padre Benedicto XVI


ORACIÓN POR EL PAPA BENEDICTO XVI

Señor, fuente de la vida y la verdad eternas,
otorga a tu Pastor, Benedicto XVI,
un espíritu de valentía y juicio recto,
un espíritu de conocimiento y amor.
Que al gobernar con fidelidad a quienes
han sido confiados a su cuidado, pueda él,
como sucesor del Apóstol Pedro y Vicario de Cristo,
construir Tu Iglesia en un sacramento de unidad,
amor y paz para el mundo entero. Amén.

V/ Oremos por el Papa Benedicto XVI.
R/ Que Dios lo proteja, le conceda una larga vida,
lo bendiga en la tierra,
y lo preserve del poder de sus enemigos.
V/ Que Tu mano esté sobre Tu Santo Siervo.
R/ Y sobre Tu Hijo, a quien has ungido.

Padre nuestro… Ave María… Gloria a Dios…

CABALLEROS DE COLÓN
En solidaridad con nuestro Santo Padre
Adapted from Manual of Prayers
16000-S 4-10

domingo, 11 de abril de 2010

Fiesta de la Divina Misericordia

Juan Pablo II concretó un deseo de Jesús a Santa Faustina Kowalska


"Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: -Paz a vosotros. Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidas" (Jn 20, 19-23).
El Señor en una aparición a Sor Faustina Kowalska le dijo que deseaba que el segundo domingo de Pascua se dedicara a la Divina Misericordia. El Papa Juan Pablo II hizo ese anuncio el día en que canonizó a Sor Faustina, precisamente en el Domingo de la Divina Misericordia del año 2000. Como dijo el Papa en la homilía: “En todo el mundo el Segundo Domingo de Pascua recibirá el nombre de Domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al género humano en los años venideros”. También este Papa -que esperemos ver pronto en los altares- falleció en la víspera del día de la Misericordia Divina del año 2005. Por eso hoy quería publicar esta foto y tener este cariñoso recuerdo al Santo Padre y a este lugar Santo.
Es muy posible que el lugar donde los discípulos estuvieran encerrados fuera el Cenáculo. En este sitio no está permitido celebrar la Santa Misa. El Papa Juan Pablo II tuvo el privilegio en el año 2000 de poder celebrar el Santo Sacrificio del Altar en ese lugar tan especial. Allí fue donde instituyó el Señor la Eucaristía y el Sacerdocio. Y también, como decía, es posible que allí se les apareciera con su cuerpo resucitado y les dijera esas palabras del Evangelio de hoy: "A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidas". Todos estos acontecimientos confluyen hoy en este lugar: el Cenáculo, el santo Papa Juan Pablo II y la fiesta de la Misericordia Divina.

sábado, 10 de abril de 2010

Exposición de la sábana santa comienza hoy en Turín

Casi dos millones de visitantes con cita previa. El Santo Padre, Benedicto XVI también estará en Turín. Una sección especial sobre la sábana en encuentra.com

viernes, 9 de abril de 2010

El cáliz de la última cena

jueves, 8 de abril de 2010

Armonizar justicia y caridad

¿CÓMO ARMONIZAR FAMILIA Y TRABAJO?
(Tomado de www.lafamilia.info/ )

Para las empresas es más fácil solucionar los problemas relacionados con la familia de un empleado con la típica frase “No se hacen excepciones a las reglas”, según la cual todo mundo se atienen a un rígido conjunto de normas; Sin embargo esto sólo producirá descontento en los trabajadores y se verá reflejado en la producción. Por eso es necesario tener en cuenta las siguientes razones al momento de atender estas solicitudes de los empleados

1. Reconocer las diferencias existentes entre los problemas a los que se enfrentan los empleados para satisfacer sus responsabilidades familiares.
Algunos trabajadores pueden tener necesidades ocasionales de tiempo libre para cumplir una obligación concreta, por ejemplo ir al médico con un hijo; o tener dificultades permanentes, como recoger a los hijos de la escuela en un horario que se cruza con el del trabajo, este último es un problema permanente, por tanto requiere pronta solución

2. Esté dispuesto a llegar a un compromiso con los empleados para satisfacer sus necesidades
No se limite a rechazar su solicitud arbitrariamente, sólo porque hay normas que no permiten atender su pedido, por ejemplo, tal vez no es posible acceder a la petición de un empleado de trabajar una hora más tarde cada mañana, sin embargo sería factible que el empleado trabajara una hora más cada tarde para compensar la diferencia.

3. Sugiera alternativas
Además de llegar a algún tipo de compromiso para tratar los problemas familiares de los empleados, haga el esfuerzo de proponer soluciones, puede que tenga usted una idea en la que el empleado no había pensado, pero aunque no lo consiga, el trabajador valorará su interés en ayudarlo

4. Sea muy cuidadoso al rechazar soluciones
Habrá veces en que la solicitud de tiempo libre de un empleado para atender problemas familiares debe ser rechazada, ya sea porque es imposible reemplazarlo, o, en raros casos, porque la petición es frívola. Sin embargo, tenga cuidado en la manera como dice “no”, hágale saber al empleado que simpatiza con su problema y sobretodo, actúe con justicia.


5. Sea justo con todo el mundo
Conceder de forma rutinaria las solicitudes de tiempo libre o ajustes de horarios a empleados que deben atender responsabilidades familiares, puede crear resentimientos entre los demás trabajadores. Aquellos que son solteros se quejarán por tener que realizar el trabajo que no pueden hacer sus compañeros, y el desagrado aumenta en los que tienen hijos y solucionan sus dificultades sin tratamientos especiales. Por eso, usted como supervisor ser paciente con las necesidades personales de los demás empleados para que vean en usted a un jefe justo con todo el mundo

martes, 6 de abril de 2010

Saber decir que no

DICIENDO “NO” TAMBIÉN EDUCAMOS
Tomado de http://www.solohijos.com/html/articulo.php?idart=245


Eso está bien, aquello está mal, así se hace, así no... nos da la impresión de que los primeros años de nuestros hijos los pasamos señalando todo lo que se puede y, sobre todo, lo que no se puede hacer. Muchos padres tienen la sensación de decir “no” mil veces al día. O, al menos, de tener ganas de decirlo, porque con frecuencia nos frena la inseguridad de prohibir cosas a nuestros hijos. En realidad, poner unos límites claros y razonables es una de las tareas más importantes para que los niños no se conviertan en unos pequeños tiranos. Y cuanto antes, mejor.

La educación de los niños debe tener como objetivo fundamental el desarrollo de personas maduras, responsables y autónomas. Si el afecto, la ternura y la comunicación son instrumentos básicos para conseguir este resultado, no debemos olvidar que imponer unos límites claros y coherentes, aunque sea complicado e ingrato, es más que necesario.
Normalmente, a los padres nos resulta más fácil o cómodo decir "sí" a todo aquello que piden los hijos o dejarles hacer lo que quieren, pero decir un "no" a tiempo también es conveniente y necesario. De esta manera, enseñaremos a los niños a interiorizar unas normas y conseguiremos transmitir una disciplina que harán suya desde pequeños hasta que, progresivamente, se responsabilicen de su comportamiento.
Resulta divertido ver cómo desde muy pronto nuestros hijos aprenden a decir "no". Se niegan a ir a la cama, no quieren lavarse las manos antes de comer, nunca quieren recoger su habitación, mientras que a los padres nos cuesta llevarles la contraria y mantener firmes ciertos criterios. No se trata de ser rígidos e intolerantes, ni de convertirse en unos padres despóticos y autoritarios que siempre se opongan a los deseos de sus hijos, sino de entender la realidad y posibilidades de los pequeños en cada etapa de su desarrollo, mostrándoles convenientemente lo que pueden y no pueden hacer, lo que está permitido y lo que no lo está.
Durante los primeros años el "no" es una manera de frenarlos, de protegerlos, ya que los niños y niñas, llevados por su curiosidad, comienzan muy pronto a explorar su entorno y su afán descubridor puede llevarles a menudo a situaciones peligrosas: poner los dedos en un enchufe, llevarse cosas a la boca, etcétera. Hay que tener en cuenta que, en ese momento, para ellos resulta difícil entender las consecuencias de su acción y olvidan nuestras advertencias. Por eso tenemos la impresión de pasar todo el día con la negativa en los labios.
A partir de los 2 ó 3 años pueden empezar a discriminar entre lo que es posible y lo que está prohibido. A medida que dominan el lenguaje están preparados para entender los motivos de las prohibiciones, por eso es el momento para explicarles por qué no deben acercarse a una estufa encendida o bajarse de una acera y no simplemente decirles "no toques" o "no hagas".
Nunca resulta fácil decir "no", ni todas las familias son iguales. Cada una tiene su forma de educar a los hijos pero, aunque a veces y en determinadas edades sea difícil encontrar el término medio entre dejarles hacer y prohibirles, lo más importante es ser coherente y mantener la decisión con los razonamientos más convenientes para cada ocasión. También es normal y lógico cometer algunos errores ya que muchas veces un "no" responde más al estado de ánimo de los padres o a nuestros propios temores que a la situación concreta que se está sancionando. En estos casos los niños pueden darse cuenta de la arbitrariedad de nuestra decisión e incluso, si son mayores, cuestionarla. Es entonces cuando es preciso hablar con ellos y enseñarles que los padres, como los hijos, también podemos equivocarnos y, si es necesario, debemos disculparnos asumiendo la equivocación, ya que nadie es perfecto.
Por último, es preciso tener en cuenta que los niños y niñas aprenden mucho imitándonos y observando nuestras actitudes, valores y comportamientos, y, por tanto, éstos deben estar en consonancia con nuestras palabras ya que de otro modo perderán, a sus ojos, todo su sentido.


Lourdes Mantilla Fernández
Psicóloga clínica

lunes, 5 de abril de 2010

Estudios sobre la resurrección

¿CÓMO SE EXPLICA LA RESURRECCIÓN DE JESÚS?
Francisco Varo, Decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra


Tomado de www.es.josemariaescriva.info/articulo/opus-dei-bfcomo-se-explica-la-resurreccion-de-jesus3f (Documentación , artículos, estudios)



La resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas. Los Apóstoles dieron testimonio de lo que habían visto y oído. Hacia el año 57 San Pablo escribe a los Corintios: «Porque os transmití en primer lugar lo mismo que yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y después a los doce» (1 Co 15,3-5).

Cuando, actualmente, uno se acerca a esos hechos para buscar lo más objetivamente posible la verdad de lo que sucedió, puede surgir una pregunta: ¿de dónde procede la afirmación de que Jesús ha resucitado? ¿Es una manipulación de la realidad que ha tenido un eco extraordinario en la historia humana, o es un hecho real que sigue resultando tan sorprendente e inesperable ahora como resultaba entonces para sus aturdidos discípulos?

A esas cuestiones sólo es posible buscar una solución razonable investigando cuáles podían ser las creencias de aquellos hombres sobre la vida después de la muerte, para valorar si la idea de una resurrección como la que narraban es una ocurrencia lógica en sus esquemas mentales.

De entrada, en el mundo griego hay referencias a una vida tras la muerte, pero con unas características singulares. El Hades, motivo recurrente ya desde los poemas homéricos, es el domicilio de la muerte, un mundo de sombras que es como un vago recuerdo de la morada de los vivientes. Pero Homero jamás imaginó que en la realidad fuese posible un regreso desde el Hades. Platón, desde una perspectiva diversa había especulado acerca de la reencarnación, pero no pensó como algo real en una revitalización del propio cuerpo, una vez muerto. Es decir, aunque se hablaba a veces de vida tras la muerte, nunca venía a la mente la idea de resurrección, es decir, de un regreso a la vida corporal en el mundo presente por parte de individuo alguno.

En el judaísmo la situación es en parte distinta y en parte común. El sheol del que habla el Antiguo Testamento y otros textos judíos antiguos no es muy distinto del Hades homérico. Allí la gente está como dormida. Pero, a diferencia de la concepción griega, hay puertas abiertas a la esperanza. El Señor es el único Dios, tanto de los vivos como de los muertos, con poder tanto en el mundo de arriba como en el sheol. Es posible un triunfo sobre la muerte. En la tradición judía, aunque se manifiestan unas creencias en cierta resurrección, al menos por parte de algunos. También se espera la llegada del Mesías, pero ambos acontecimientos no aparecen ligados. Para cualquier judío contemporáneo de Jesús se trata, al menos de entrada, de dos cuestiones teológicas que se mueven en ámbitos muy diversos. Se confía en que el Mesías derrotará a los enemigos del Señor, restablecerá en todo su esplendor y pureza el culto del templo, establecerá el dominio del Señor sobre el mundo, pero nunca se piensa que resucitará después de su muerte: es algo que no pasaba de ordinario por la imaginación de un judío piadoso e instruido.

Robar su cuerpo e inventar el bulo de que había resucitado con ese cuerpo, como argumento para mostrar que era el Mesías, resulta impensable. En el día de Pentecostés, según refieren los Hechos de los Apóstoles, Pedro afirma que «Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte», y en consecuencia concluye: «Sepa con seguridad toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis» (Hch 2,36).

La explicación de tales afirmaciones es que los Apóstoles habían contemplado algo que jamás habrían imaginado y que, a pesar de su perplejidad y de las burlas que con razón suponían que iba a suscitar, se veían en el deber de testimoniar.

Bibliografía: N. Tom Wright, «Jesus’ Resurrection and Christian Origins»: Gregorianum 83,4 (2002) 615-635; Francisco Varo, Rabí Jesús de Nazaret (B.A.C., Madrid, 2005) 202-204

domingo, 4 de abril de 2010

Mensaje de Pascua

Del Santo Padre Benedicto XVI
LA PASCUA ESPERANZA DEL MUNDO

«Cantemus Domino: gloriose enim magnificatus est».
«Cantaré al Señor, sublime es su victoria»
(Liturgia de las Horas, Pascua, Oficio de Lecturas, Ant. 1).

Queridos hermanos y hermanas:

Os anuncio la Pascua con estas palabras de la Liturgia, que evocan el antiquísimo himno de alabanza de los israelitas después del paso del Mar Rojo. El libro del Éxodo (cf. 15, 19-21) narra cómo, al atravesar el mar a pie enjuto y ver a los egipcios ahogados por las aguas, Miriam, la hermana de Moisés y de Aarón, y las demás mujeres danzaron entonando este canto de júbilo: «Cantaré al Señor, sublime es su victoria, / caballos y carros ha arrojado en el mar». Los cristianos repiten en todo el mundo este canto en la Vigilia pascual, y explican su significado en una oración especial de la misma; es una oración que ahora, bajo la plena luz de la resurrección, hacemos nuestra con alegría: «También ahora, Señor, vemos brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo que en otro tiempo manifestabas tu poder al librar a un solo pueblo de la persecución del faraón, hoy aseguras la salvación de todas las naciones, haciéndolas renacer por las aguas del bautismo. Te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel».

El Evangelio nos ha revelado el cumplimiento de las figuras antiguas: Jesucristo, con su muerte y resurrección, ha liberado al hombre de aquella esclavitud radical que es el pecado, abriéndole el camino hacia la verdadera Tierra prometida, el Reino de Dios, Reino universal de justicia, de amor y de paz. Este “éxodo” se cumple ante todo dentro del hombre mismo, y consiste en un nuevo nacimiento en el Espíritu Santo, fruto del Bautismo que Cristo nos ha dado precisamente en el misterio pascual. El hombre viejo deja el puesto al hombre nuevo; la vida anterior queda atrás, se puede caminar en una vida nueva (cf. Rm 6,4). Pero, el “éxodo” espiritual es fuente de una liberación integral, capaz de renovar cualquier dimensión humana, personal y social.

Sí, hermanos, la Pascua es la verdadera salvación de la humanidad. Si Cristo, el Cordero de Dios, no hubiera derramado su Sangre por nosotros, no tendríamos ninguna esperanza, la muerte sería inevitablemente nuestro destino y el del mundo entero. Pero la Pascua ha invertido la tendencia: la resurrección de Cristo es una nueva creación, como un injerto capaz de regenerar toda la planta. Es un acontecimiento que ha modificado profundamente la orientación de la historia, inclinándola de una vez por todas en la dirección del bien, de la vida y del perdón. ¡Somos libres, estamos salvados! Por eso, desde lo profundo del corazón exultamos: «Cantemos al Señor, sublime es su victoria».

El pueblo cristiano, nacido de las aguas del Bautismo, está llamado a dar testimonio en todo el mundo de esta salvación, a llevar a todos el fruto de la Pascua, que consiste en una vida nueva, liberada del pecado y restaurada en su belleza originaria, en su bondad y verdad. A lo largo de dos mil años, los cristianos, especialmente los santos, han fecundado continuamente la historia con la experiencia viva de la Pascua. La Iglesia es el pueblo del éxodo, porque constantemente vive el misterio pascual difundiendo su fuerza renovadora siempre y en todas partes. También hoy la humanidad necesita un “éxodo”, que consista no sólo en retoques superficiales, sino en una conversión espiritual y moral. Necesita la salvación del Evangelio para salir de una crisis profunda y que, por consiguiente, pide cambios profundos, comenzando por las conciencias.

Le pido al Señor Jesús que en Medio Oriente, y en particular en la Tierra santificada con su muerte y resurrección, los Pueblos lleven a cabo un “éxodo” verdadero y definitivo de la guerra y la violencia a la paz y la concordia. Que el Resucitado se dirija a las comunidades cristianas que sufren y son probadas, especialmente en Iraq, dirigiéndoles las palabras de consuelo y de ánimo con que saludó a los Apóstoles en el Cenáculo: “Paz a vosotros” (Jn 20,21).

Que la Pascua de Cristo represente, para aquellos Países Latinoamericanos y del Caribe que sufren un peligroso recrudecimiento de los crímenes relacionados con el narcotráfico, la victoria de la convivencia pacífica y del respeto del bien común. Que la querida población de Haití, devastada por la terrible tragedia del terremoto, lleve a cabo su “éxodo” del luto y la desesperación a una nueva esperanza, con la ayuda de la solidaridad internacional. Que los amados ciudadanos chilenos, asolados por otra grave catástrofe, afronten con tenacidad, y sostenidos por la fe, los trabajos de reconstrucción.

Que se ponga fin, con la fuerza de Jesús resucitado, a los conflictos que siguen provocando en África destrucción y sufrimiento, y se alcance la paz y la reconciliación imprescindibles para el desarrollo. De modo particular, confío al Señor el futuro de la República Democrática del Congo, de Guínea y de Nigeria.

Que el Resucitado sostenga a los cristianos que, como en Pakistán, sufren persecución e incluso la muerte por su fe. Que Él conceda la fuerza para emprender caminos de diálogo y de convivencia serena a los Países afligidos por el terrorismo y las discriminaciones sociales o religiosas. Que la Pascua de Cristo traiga luz y fortaleza a los responsables de todas las Naciones, para que la actividad económica y financiera se rija finalmente por criterios de verdad, de justicia y de ayuda fraterna. Que la potencia salvadora de la resurrección de Cristo colme a toda la humanidad, para que superando las múltiples y trágicas expresiones de una “cultura de la muerte” que se va difundiendo, pueda construir un futuro de amor y de verdad, en el que toda vida humana sea respetada y acogida.

Queridos hermanos y hermanas. La Pascua no consiste en magia alguna. De la misma manera que el pueblo hebreo se encontró con el desierto, más allá del Mar Rojo, así también la Iglesia, después de la Resurrección, se encuentra con los gozos y esperanzas, los dolores y angustias de la historia. Y, sin embargo, esta historia ha cambiado, ha sido marcada por una alianza nueva y eterna, está realmente abierta al futuro. Por eso, salvados en esperanza, proseguimos nuestra peregrinación llevando en el corazón el canto antiguo y siempre nuevo: “Cantaré al Señor, sublime es su victoria».

sábado, 3 de abril de 2010

Decimocuarta Estación

XIV ESTACIÓN: DAN SEPULTURA AL CUERPO DE JESÚS
(San Josemaría)


Muy cerca del Calvario, en un huerto, José de Arimatea se había hecho labrar en la peña un sepulcro nuevo. Y por ser la víspera de la gran Pascua de los judíos, ponen a Jesús allí. Luego, José, arrimando una gran piedra, cierra la puerta del sepulcro y se va (Mt XXVII,60).
Sin nada vino Jesús al mundo, y sin nada -ni siquiera el lugar donde reposa- se nos ha ido.
La Madre del Señor -mi Madre- y las mujeres que han seguido al Maestro desde Galilea, después de observar todo atentamente, se marchan también. Cae la noche.
Ahora ha pasado todo. Se ha cumplido la obra de nuestra Redención. Ya somos hijos de Dios, porque Jesús ha muerto por nosotros y su muerte nos ha rescatado.
Empti enim estis pretio magno! (1 Cor VI,20), tú y yo hemos sido comprados a gran precio.
Hemos de hacer vida nuestra la vida y la muerte de Cristo. Morir por la mortificación y la penitencia, para que Cristo viva en nosotros por el Amor. Y seguir entonces los pasos de Cristo, con afán de corredimir a todas las almas.
Dar la vida por los demás. Sólo así se vive la vida de Jesucristo y nos hacemos una misma cosa con El.


Puntos de meditación
(XIV Estación)


XIV.1 Nicodemo y José de Arimatea -discípulos ocultos de Cristo- interceden por el desde los altos cargos que ocupan. En la hora de la soledad, del abandono total y del desprecio..., entonces dan la cara audacter (Mc XV,43)...: ¡valentía heroica!
Yo subiré con ellos al pie de la Cruz, me apretaré al Cuerpo frío, cadáver de Cristo, con el fuego de mi amor..., lo desclavaré con mis desagravios y mortificaciones..., lo envolveré con el lienzo nuevo de mi vida limpia, y lo enterraré en mi pecho de roca viva, de donde nadie me lo podrá arrancar, ¡y ahí, Señor, descansad!
Cuando todo el mundo os abandone y desprecie..., serviam!, os serviré, Señor.

XIV.2 Sabed que fuisteis rescatados de vuestra vana conducta..., no con plata u oro, que son cosas perecederas, sino con la sangre preciosa de Cristo (1 Pet I,18-19).
No nos pertenecemos. Jesucristo nos ha comprado con su Pasión y con su Muerte. Somos vida suya. Ya sólo hay un único modo de vivir en la tierra: morir con Cristo para resucitar con El, hasta que podamos decir con el Apóstol: no soy yo el que vivo, sino que Cristo vive en mí (Gal II,20).

XIV.3 Manantial inagotable de vida es la Pasión de Jesús.
Unas veces renovamos el gozoso impulso que llevó al Señor a Jerusalén. Otras, el dolor de la agonía que concluyó en el Calvario... O la gloria de su triunfo sobre la muerte y el pecado. Pero, ¡siempre!, el amor -gozoso, doloroso, glorioso- del Corazón de Jesucristo.

XIV.4 Piensa primero en los demás. Así pasarás por la tierra, con errores sí -que son inevitables-, pero dejando un rastro de bien.
Y cuando llegue la hora de la muerte, que vendrá inexorable, la acogerás con gozo, como Cristo, porque como El también resucitaremos para recibir el premio de su Amor.

XIV.5 Cuando me siento capaz de todos los horrores y de todos los errores que han cometido las personas más ruines, comprendo bien que puedo no ser fiel... Pero esa incertidumbre es una de las bondades del Amor de Dios, que me lleva a estar, como un niño, agarrado a los brazos de mi Padre, luchando cada día un poco para no apartarme de El.
Entonces estoy seguro de que Dios no me dejará de su mano. ¿Puede la mujer olvidarse del fruto de su vientre, no compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré (Is XLIX, 15).

Décimotercera Estación

XIII ESTACIÓN: DESCLAVAN A JESÚS Y LO ENTREGAN A SU MADRE
(San Josemaría)


Anegada en dolor, está María junto a la Cruz. Y Juan, con Ella. Pero se hace tarde, y los judíos instan para que se quite al Señor de allí.
Después de haber obtenido de Pilatos el permiso que la ley romana exige para sepultar a los condenados, llega al Calvario un senador llamado José, varón virtuoso y justo, oriundo de Arimatea. El no ha consentido en la condena, ni en lo que los otros han ejecutado. Al contrario, es de los que esperan en el reino de Dios (Lc XXIII,50-51). Con él viene también Nicodemo, aquel mismo que en otra ocasión había ido de noche a encontrar a Jesús, y trae consigo una confección de mirra y áloe, cosa de cien libras (Ioh XIX,39).
Ellos no eran conocidos públicamente como discípulos del Maestro; no se habían hallado en los grandes milagros, ni le acompañaron en su entrada triunfal en Jerusalén. Ahora, en el momento malo, cuando los demás han huido, no temen dar la cara por su Señor.
Entre los dos toman el cuerpo de Jesús y lo dejan en brazos de su Santísima Madre. Se renueva el dolor de María.
-¿A dónde se fue tu amado, oh la más hermosa de las mujeres? ¿A dónde se marchó el que tú quieres, y le buscaremos contigo? (Cant V,17).
La Virgen Santísima es nuestra Madre, y no queremos ni podemos dejarla sola.


Puntos de meditación
(XIII Estación)



XIII.1
Vino a salvar al mundo, y los suyos le han negado ante Pilatos.
Nos enseñó el camino del bien, y lo arrastran por la vía del Calvario.
Ha dado ejemplo en todo, y prefieren a un ladrón homicida.
Nació para perdonar, y -sin motivo- le condenan al suplicio.
Llegó por senderos de paz, y le declaran la guerra.
Era la Luz, y lo entregan en poder de las tinieblas.
Traía Amor, y le pagan con odio.
Vino para ser Rey, le coronan de espinas.
Se hizo siervo para liberarnos del pecado, y le clavan en la Cruz.
Tomó carne para darnos la Vida, y nosotros le recompensamos con la muerte.

XIII.2
No me explico tu concepto de cristiano.
¿Crees que es justo que el Señor haya muerto crucificado y que tú te conformes con "ir tirando"?
Ese "ir tirando" ¿es el camino áspero y estrecho de que hablaba Jesús?

XIII. 3
No admitas el desaliento en tu apostolado. No fracasaste, como tampoco Cristo fracasó en la Cruz. ¡Animo!... Continúa contra corriente, protegido por el Corazón Materno y Purísimo de la Señora: Sancta Maria, refugium nostrum et virtus!, eres mi refugio y mi fortaleza.
Tranquilo. Sereno... Dios tiene muy pocos amigos en la tierra. No desees salir de este mundo. No rehúyas el peso de los días, aunque a veces se nos hagan muy largos.

XIII.4 Si quieres ser fiel, sé muy mariano.
Nuestra Madre -desde la embajada del Ángel, hasta su agonía al pie de la Cruz- no tuvo más corazón ni más vida que la de Jesús.
Acude a María con tierna devoción de hijo, y Ella te alcanzará esa lealtad y abnegación que deseas.

XIII.5 "No valgo nada, no puedo nada, no tengo nada, no soy nada..."
Pero Tú has subido a la Cruz para que pueda apropiarme de tus méritos infinitos. Y allí recojo también -son míos, porque soy su hijo- los merecimientos de la Madre de Dios, y los de San José. Y me adueño de las virtudes de los santos y de tantas almas entregadas...
Luego, echo una miradica a la vida mía, y digo: ¡ay, Dios mío, esto es una noche llena de oscuridad! Sólo de vez en cuando brillan unos puntos luminosos, por tu gran misericordia y por mi poca correspondencia... Todo esto te ofrezco, Señor; no tengo otra cosa.

viernes, 2 de abril de 2010

Décimosegunda Estación

XII ESTACIÓN: MUERTE DE JESÚS EN LA CRUZ
(San Josemaría)



En la parte alta de la Cruz está escrita la causa de la condena: Jesús Nazareno Rey de los judíos (Ioh XIX,19). Y todos los que pasan por allí, le injurian y se mofan de El.
-Si es el rey de Israel, baje ahora de la cruz (Mt XXVII, 42).
Uno de los ladrones sale en su defensa:
-Este ningún mal ha hecho... (Lc XXIII,41).
Luego dirige a Jesús una petición humilde, llena de fe:
-Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino (Lc XXIII,42).
-En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso (Lc XXIII,43).
Junto a la Cruz está su Madre, María, con otras santas mujeres. Jesús la mira, y mira después al discípulo que el ama, y dice a su Madre:
-Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Luego dice al discípulo:
-Ahí tienes a tu madre (Ioh XIX, 26-27).
Se apaga la luminaria del cielo, y la tierra queda sumida en tinieblas. Son cerca de las tres, cuando Jesús exclama:
-Elí, Elí, lamma sabachtani?! Esto es: Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mt XXVII,46).
Después, sabiendo que todas las cosas están a punto de ser consumadas, para que se cumpla la Escritura, dice:
-Tengo sed (Ioh XIX,28).
Los soldados empapan en vinagre una esponja, y poniéndola en una caña de hisopo se la acercan a la boca. Jesús sorbe el vinagre, y exclama:
-Todo está cumplido (Ioh XIX,30).
El velo del templo se rasga, y tiembla la tierra, cuando clama el Señor con una gran voz:
-Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lc XXIII,46).
Y expira.
Ama el sacrificio, que es fuente de vida interior. Ama la Cruz, que es altar del sacrificio. Ama el dolor, hasta beber, como Cristo, las heces del cáliz.



Puntos de meditación
(XII Estación)


XII.1 Et inclinato capite, tradidit spiritum (Ioh XIX,30).
Ha exhalado el Señor su último aliento. Los discípulos le habían oído decir muchas veces: meus cibus est..., mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y dar cumplimiento a su obra (Ioh IV,34). Lo ha hecho hasta el fin, con paciencia, con humildad, sin reservarse nada... Oboediens usque ad mortem (Phil II,8): obedeció hasta la muerte, ¡y muerte de Cruz!

XII.2 Una Cruz. Un cuerpo cosido con clavos al madero. El costado abierto... Con Jesús quedan sólo su Madre, unas mujeres y un adolescente. Los apóstoles, ¿dónde están? ¿Y los que fueron curados de sus enfermedades: los cojos, los ciegos, los leprosos?... ¿Y los que le aclamaron?... ¡Nadie responde! Cristo, rodeado de silencio.
También tú puedes sentir algún día la soledad del Señor en la Cruz. Busca entonces el apoyo del que ha muerto y resucitado. Procúrate cobijo en las llagas de sus manos, de sus pies, de su costado. Y se renovará tu voluntad de recomenzar, y reemprenderás el camino con mayor decisión y eficacia.

XII.3 Hay una falsa ascética que presenta al Señor en la Cruz rabioso, rebelde. Un cuerpo retorcido que parece amenazar a los hombres: me habéis quebrantado, pero yo arrojaré sobre vosotros mis clavos, mi cruz y mis espinas.
Esos no conocen el espíritu de Cristo. Sufrió todo lo que pudo -¡y por ser Dios, podía tanto!-; pero amaba más de lo que padecía... Y después de muerto, consintió que una lanza abriera otra llaga, para que tú y yo encontrásemos refugio junto a su Corazón amabilísimo.

XII.4 He repetido muchas veces aquel verso del himno eucarístico: peto quod petivit latro poenitens, y siempre me conmuevo: ¡pedir como el ladrón arrepentido!
Reconoció que él sí merecía aquel castigo atroz... Y con una palabra robó el corazón a Cristo y se abrió las puertas del Cielo.

XII.5 De la Cruz pende el cuerpo -ya sin vida- del Señor. La gente, considerando lo que había pasado, se vuelve dándose golpes de pecho (Lc XXIII,48).
Ahora que estás arrepentido, promete a Jesús que -con su ayuda- no vas a crucificarle más. Dilo con fe. Repite una y otra vez: te amaré, Dios mío, porque desde que naciste, desde que eras niño, te abandonaste en mis brazos, inerme, fiado de mi lealtad.

jueves, 1 de abril de 2010

Décimoprimera Estación

XI ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
(San Josemaría)


Ahora crucifican al Señor, y junto a El a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. Entretanto Jesús dice:
-Padre, perdónales porque no saben lo que hacen (Lc XXIII,34).
Es el Amor lo que ha llevado a Jesús al Calvario. Y ya en la Cruz, todos sus gestos y todas sus palabras son de amor, de amor sereno y fuerte.
Con ademán de Sacerdote Eterno, sin padre ni madre, sin genealogía (cfr. Heb VII,3), abre sus brazos a la humanidad entera.
Junto a los martillazos que enclavan a Jesús, resuenan las palabras proféticas de la Escritura Santa: han taladrado mis manos y mis pies. Puedo contar todos mis huesos, y ellos me miran y contemplan (Ps XXI,17-18).
Pueblo mío! ¿Qué te hice o en qué te he contristado? ¡Respóndeme! (Mich VI,3).
Y nosotros, rota el alma de dolor, decimos sinceramente a Jesús: soy tuyo, y me entrego a Ti, y me clavo en la Cruz gustosamente, siendo en las encrucijadas del mundo un alma entregada a Ti, a tu gloria, a la Redención, a la corredención de la humanidad entera.


Puntos de meditación
(XI Estación)

XI.1 Ya han cosido a Jesús al madero. Los verdugos han ejecutado despiadadamente la sentencia. El Señor ha dejado hacer, con mansedumbre infinita.
No era necesario tanto tormento. El pudo haber evitado aquellas amarguras, aquellas humillaciones, aquellos malos tratos, aquel juicio inicuo, y la vergüenza del patíbulo, y los clavos, y la lanzada... Pero quiso sufrir todo eso por ti y por mí. Y nosotros, ¿no vamos a saber corresponder?
Es muy posible que en alguna ocasión, a solas con un crucifijo, se te vengan las lágrimas a los ojos. No te domines... Pero procura que ese llanto acabe en un propósito.

XI.2 Amo tanto a Cristo en la Cruz, que cada crucifijo es como un reproche cariñoso de mi Dios: ...Yo sufriendo, y tú... cobarde. Yo amándote, y tú olvidándome. Yo pidiéndote, y tú... negándome. Yo, aquí, con gesto de Sacerdote Eterno, padeciendo todo lo que cabe por amor tuyo... y tú te quejas ante la menor incomprensión, ante la humillación más pequeña...

XI.3 ¡Qué hermosas esas cruces en la cumbre de los montes, en lo alto de los grandes monumentos, en el pináculo de las catedrales!... Pero la Cruz hay que insertarla también en las entrañas del mundo.
Jesús quiere ser levantado en alto, ahí: en el ruido de las fábricas y de los talleres, en el silencio de las bibliotecas, en el fragor de las calles, en la quietud de los campos, en la intimidad de las familias, en las asambleas, en los estadios... Allí donde un cristiano gaste su vida honradamente, debe poner con su amor la Cruz de Cristo, que atrae a Sí todas las cosas.

XI.4 Después de tantos años, aquel sacerdote hizo un descubrimiento maravilloso: comprendió que la Santa Misa es verdadero trabajo: operatio Dei, trabajo de Dios. Y ese día, al celebrarla, experimentó dolor, alegría y cansancio. Sintió en su carne el agotamiento de una labor divina.
A Cristo también le costó esfuerzo la primera Misa: la Cruz.

XI.5 Antes de empezar a trabajar, pon sobre tu mesa o junto a los útiles de tu labor, un crucifijo. De cuando en cuando, échale una mirada... Cuando llegue la fatiga, los ojos se te irán hacia Jesús, y hallarás nueva fuerza para proseguir en tu empeño.
Porque ese crucifijo es más que el retrato de una persona querida -los padres, los hijos, la mujer, la novia...-; El es todo: tu Padre, tu Hermano, tu Amigo, tu Dios, y el Amor de tus amores.