lunes, 30 de septiembre de 2013

La devoción a los Ángeles Custodios en San Josemaría


Mons. Alvaro del Portillo, primer sucesor del fundador del Opus Dei, recuerda en la entrevista realizada por Cesare Cavalleri, cómo era la devoción de san Josemaría a los Àngeles Custodios, en cuya fiesta Dios le hizo ver el Opus Dei.



Aprendió de sus padres a tratar al Ángel Custodio. Cuando era seminarista, leyó en un libro de un Padre de la Iglesia que los sacerdotes tienen, además del Ángel Custodio, un Arcángel ministerial. Por eso, desde el día de su ordenación se dirigió a él con gran sencillez y confianza, tanto que decía que estaba seguro de que, si la opinión de ese escritor no fuese correcta, el Señor le habría concedido un Arcángel ministerial, por la fe con que le había invocado siempre.

De todos modos, a partir de la fiesta de los Ángeles Custodios de 1928, nuestro Fundador tuvo por ellos una devoción más intensa. Enseñaba a sus hijos: El trato y la devoción a los Santos Ángeles Custodios está en la entraña de nuestra labor, es manifestación concreta de la misión sobrenatural de la Obra de Dios.

Con la certeza de que Dios ha puesto un Ángel al lado de cada hombre para ayudarle en el camino de la vida, acudía al propio Ángel Custodio en todas las ocasiones, tanto en las necesidades materiales como en las espirituales. En este contexto reconocía: Por años he experimentado la ayuda constante, inmediata, del Ángel Custodio, hasta en detalles materiales pequeñísimos. Por ejemplo, entre los años 1928 y 1940, cuando se le estropeaba el despertador, como no tenía dinero para llevarlo a arreglar, acudía confiadamente a su Ángel Custodio para que le despertase por la mañana a la hora prevista. Nunca le falló. Por eso, le llamaba cariñosamente mi relojerico.

Cuando saludaba al Señor en el Sagrario, agradecía siempre a los Ángeles, allí presentes, la adoración que continuamente prestan a Dios. Le he oído repetir más de una vez: "Cuando voy a un oratorio nuestro donde está el tabernáculo, digo a Jesús que le amo, e invoco a la Trinidad. Después doy gracias a los Ángeles que custodian el Sagrario, adorando a Cristo en la Eucaristía".

Con heroica y perseverante correspondencia a la gracia, adquirió el hábito de saludar siempre al Ángel Custodio de las personas con las que se encontraba: solía decir que saludaba primero al personaje. Un día de 1972 ó 1973 vino a verle el Arzobispo de Valencia, Mons. Marcelino Olaechea, acompañado de su secretario. Como eran muy amigos, el Padre le saludó y le dijo en broma: –Don Marcelino, ¿a quién he saludado primero? El arzobispo respondió: –Primero, a mí. –No, le dijo el Padre. He saludado primero al personaje. Don Marcelino repuso, perplejo: –Pero, entre mi secretario y yo, el personaje soy yo. Entonces nuestro Fundador explicó: –No, el personaje es su Ángel Custodio.
Durante unos días de descanso que pasó en una finca de Premeno, un pequeño pueblo de la montaña junto al Lago Maggiore, de vez en cuando, para hacer un poco de ejercicio físico, jugábamos a las bochas. No nos sabíamos bien las reglas del juego, y a veces nos las inventábamos. Me acuerdo de que, en uno de aquellos partidos, el Padre lanzó una bocha con gran habilidad y consiguió todos los puntos. Pero enseguida dijo: – "No vale; me he encomendado a mi Ángel Custodio. No lo haré más..." Relato esta pequeña anécdota, porque me parece significativa de la constante relación de amistad que mantenía con su Ángel Custodio, y, también, porque me contó más tarde que le había dado vergüenza pedir la ayuda de su Ángel para una cosa de tan poca importancia.



Mons. Álvaro del Portillo, Entrevista sobre el fundador del Opus Dei a cargo de César Cavalleri, 1ª. Edición castellana, Madrid, 1993

sábado, 6 de julio de 2013

Breve reseña del próximo beato Álvaro del Portillo


"Un hombre bueno y fiel"

05 de julio, 2013. (Romereports.com) Álvaro del Portillo fue el más estrecho colaborador de San Josemaría Escrivá y su primer sucesor al frente del Opus Dei.

En 1935 conoció a Josemaría Escrivá en Madrid cuando estudiaba Ingeniería. Poco después se incorporó al Opus Dei. No eran tiempos fáciles para los católicos en España. Él fue herido en la cabeza cuando daba clases de catecismo en una barriada pobre de Madrid.

En 1944 se ordenó sacerdote y en 1946 San Josemaría le encargó viajar a Roma para preparar la aprobación vaticana del Opus Dei. Desde entonces la Ciudad Eterna se convirtió en su casa.

En Roma conoció a varios papas y trabajó intensamente en la Curia vaticana y en los trabajos del Concilio Vaticano II.

Su fidelidad a la Iglesia le llevó a secundar lo que le pedía el papa Pablo VI primero y Juan Pablo II después, con quienes mantuvo una verdadera amistad ya antes de ser elegidos papas.

 Antes de salir de Roma hace 8 ó 10 días le dijimos al Papa que salíamos de viaje y que íbamos a estar aquí en Australia y que después íbamos a estar en otros sitios. El Papa dijo que era un viaje al que daba mucha importancia y que a todas las personas que viese yo les diese yo de parte del Papa, su bendición y con la bendición del Papa tres cosas añadió, su recuerdo, su afecto y su oración”.

Impulsó el apostolado del Opus Dei en 20 nuevos países. Centró sus esfuerzos en divulgar la llamada universal a la santidad. Promovió una catequesis mundial sobre la bondad y la santidad de la familia.

Lanzó iniciativas sociales en África y América, decenas de centros educativos y de capacitación profesional y centros sanitarios como el hospital Monkole de Kinshasa, en el Congo o el Campus Biomédico en Roma. Pero sobre todo alentaba a las personas que encontraba a tratar a Cristo y a hablar de Dios con el ejemplo.

 Que te vean hijo mío con esa sonrisa que tienes ahora, que te vean alegre, que te vean contento y la gente que te rodea católicos y no católicos empezarán a decir ¿por qué esta siempre tan contento? Y el secreto lo sabemos tú y yo, el secreto es que procuras ser amigo de Dios”.

Otra de sus pasiones era la preocupación por la formación de los sacerdotes. En 1985 fundó en Roma un centro educativo que se convertiría más adelante en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, donde se forman miles de sacerdotes de todo el mundo.

El 23 de marzo de 1994, pocas horas después de su fallecimiento, Juan Pablo II acudió a rezar ante el cuerpo de su amigo al que calificó como “un hombre bueno y fiel”.


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viernes, 17 de mayo de 2013

Triduo al Espíritu Santo (día 1)


Oración al Espíritu Santo

       
  "¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad... He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después..., mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte.

        ¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras...."

(Oración compuesta por San Josemaría en abril de 1934)

lunes, 29 de abril de 2013

Catecismo: seis puntos en el uso de los medios de comunicación social




EL USO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION SOCIAL
En el Catecismo de la Iglesia Católica

2493  Dentro de la sociedad moderna, los medios de comunicación social desempeñan un papel importante en la información, la promoción cultural y la formación. Su acción aumenta en importancia por razón de los progresos técnicos, de la amplitud y la diversidad de las noticias transmitidas, y la influencia ejercida sobre la opinión pública.

2494  La información de estos medios es un servicio del bien común (cf IM 11). La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad:

            El recto ejercicio de este derecho exige que, en cuanto a su contenido, la comunicación sea siempre verdadera e íntegra, salvadas la justicia y la caridad; además, en cuanto al modo, ha de ser honesta y conveniente, es decir, debe respetar escrupulosamente las leyes morales, los derechos legítimos y la dignidad del hombre, tanto en la búsqueda de la noticia como en su divulgación (IM 5,2).

2495  "Es necesario que todos los miembros de la sociedad cumplan sus deberes de caridad y justicia también en este campo, y, así, con ayuda de estos medios, se esfuercen por formar y difundir una recta opinión pública" (IM 8). La solidaridad aparece como una consecuencia de una información verdadera y justa, y de la libre circulación de las ideas, que favorecen el conocimiento y el respeto del prójimo.

2496  Los medios de comunicación social (en particular, los mass-media) pueden engendrar cierta pasividad en los usuarios, haciendo de estos consumidores poco vigilantes de mensajes o de espectáculos. Los usuarios deben imponerse moderación y disciplina respecto a los mass-media. Han de formarse una conciencia clara y recta para resistir más fácilmente las influencias menos honestas.

2497  Por razón de su profesión en la prensa, sus responsables tienen la obligación, en la difusión de la información, de servir a la verdad y de no ofender a la caridad. Han de forzarse por respetar con una delicadeza igual, la naturaleza de los hechos y los límites y el juicio crítico respecto a las personas. Deben evitar ceder a la difamación.

2498  "La autoridad civil tiene en esta materia deberes peculiares en razón del bien común, al que se ordenan estos medios. Corresponde, pues, a dicha autoridad... defender y asegurar la verdadera y justa libertad" (IM 12). Promulgando leyes y velando por su aplicación, los poderes públicos se asegurarán de que el mal uso de los medios no lleguen a causar  "graves peligros para las costumbres públicas y el progreso de la sociedad" (IM 12). Deberán sancionar la violación de los derechos de cada uno a la reputación y al secreto de la vida privada. Tienen obligación de dar a tiempo y honestamente las informaciones que se refieren al bien general y responden a las inquietudes fundadas de la población. Nada puede justificar el recurso a falsas informaciones para manipular la opinión pública mediante los mass-media. Estas intervenciones no deberán atentar contra la libertad de los individuos y de los grupos.

2499  La moral denuncia la plaga de los estados totalitarios que falsifican sistemáticamente la verdad, ejercen mediante los mass-media un dominio político de la opinión, manipulan a los acusados y a los testigos en los procesos públicos y tratan de asegurar su tiranía yugulando y reprimiendo todo lo que consideran "delitos de opinión".