Este es cristiano porque… (Tomado de Hablar con Dios)
Tenemos al mismo Cristo. Como Juan el Bautista, procuremos dar a conocer
nuestra amistad con Jesús. Cada
uno hemos de «procurar comportarnos según su doctrina, luchar
para que nuestra conducta recuerde a Jesús,
evoque su figura amabilísima.
Vivamos de tal manera, que
los demás puedan decir, al vernos: éste es
cristiano, porque no odia, porque sabe comprender, porque no es fanático,
porque está por encima de los instintos, porque es
sacrificado, porque manifiesta sentimientos
de paz, porque ama».
Quizá
algunos no lo conocen. Muchos se hallan volcados hacia otros bienes limitados
como si fueran su fin último; pero con ellos no llenarán su corazón jamás.
Hemos de señalarles el camino.
Nuestra
familia, los amigos, los compañeros de trabajo, aquellas personas a quienes
vemos con frecuencia, deben ser los primeros en beneficiarse de nuestro amor al
Señor.
Con el
esfuerzo por vivir nuestra fe y con la oración debemos llegar incluso hasta
aquellos con quienes no tenemos ocasión de hablar.
TEXTOS MISA DOMINGO II DE
ADVIENTO (10 diciembre 2017)
Antífona de entrada
Pueblo de Sión: mira
al Señor que viene a salvar a los pueblos. El Señor hará oír la majestad de su
voz y os alegraréis de todo corazón.
Oración colecta
Señor todopoderoso,
rico en misericordia, cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no
permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con
sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida. Por nuestro
Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Preparen el camino del
Señor
Lectura del libro del
profeta Isaías (40, 1-5.9-11)
“Consuelen, consuelen a mi
pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos
que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus
iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos
sus pecados”. Una voz clama: “Preparen el camino del Señor en el desierto,
construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve,
que todo monte y colina se rebajen; que
lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria
del Señor y todos los hombres la verán”. Así ha hablado la boca del Señor. Sube
a lo alto del monte, mensajero de buenas
nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza
la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: “Aquí está su Dios. Aquí
llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo
acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará
en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus
madres”.
(Palabra
de Dios –Te alabamos Señor)
Salmo Responsorial (Del Salmo
84)
V/. Muéstranos, Señor, tu
misericordia y danos al Salvador.
R/.
Muéstranos, Señor tu misericordia y danos al Salvador
V/.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya
cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra.
R/.
Muéstranos, Señor tu misericordia y danos al Salvador
V/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la
fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo.
R/.
Muéstranos, Señor tu misericordia y danos al Salvador
V/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La
justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas.
R/.
Muéstranos, Señor tu misericordia y danos al Salvador
SEGUNDA LECTURA
Esperamos
un cielo nuevo y una tierra nueva
Lectura de la segunda carta
del apóstol san Pedro (3, 8-14)
Queridos hermanos: No olviden
que para el Señor, un día es como mil años y mil años, como un día. No es que el Señor se tarde,
como algunos suponen, en cumplir su promesa,
sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no quiere que nadie
perezca, sino que todos se arrepientan.
El día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos desaparecerán
con gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y perecerá la
tierra con todo lo que hay en ella. Puesto que todo va a ser destruido, piensen
con cuánta santidad y entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando
el advenimiento del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos
por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros confiamos en la
promesa del Señor y esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite
la justicia. Por tanto, queridos hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan
todo su empeño en que el Señor los halle en paz con él, sin mancha ni reproche.
(Palabra de Dios –Te alabamos Señor.)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya,
aleluya.
Preparen el camino del Señor,
hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán al Salvador.
Aleluya
EVANGELIO
Enderecen
los senderos del Señor
Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (1, 1-8)
Este es el principio del
Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está
escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero delante
de ti, a preparar tu camino. Voz del que
clama en el desierto: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”. En
cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento, para el
perdón de los pecados. A él acudían de toda la
comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus
pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno
ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus
sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.
(Palabra del Señor –Gloria a
ti Señor Jesús.)
Oración sobre las ofrendas
Que los ruegos y ofrendas de nuestra pobreza te
conmuevan, Señor, y al vernos desvalidos y sin méritos propios acude,
compasivo, en nuestra ayuda. Por Jesucristo nuestro Señor.
Antífona de comunión (Ba 5,5; 4,36)
Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura, contempla
el gozo que Dios te envía.
Oración después de la comunión
Alimentados con esta eucaristía te pedimos, Señor,
que, por la comunión de tu sacramento, nos des sabiduría para sopesar los
bienes de la tierra amando intensamente los del cielo. Por Jesucristo nuestro
Señor.
PROPOSITOS
DE LA HOMILIA
Preparen
el camino del Señor, enderecen sus senderos
Adviento es un “tiempo
fuerte” porque hay bendiciones especiales de Dios para lograr una nueva y más
profunda conversión.
Podemos preguntar
personalmente al Señor:
• ¿Qué debería mejorar yo en mi trabajo (o
las clases y el estudio), y en el trato con mi familia (mi cónyuge, mis hijos,
mis papás)?.
• ¿Hay
alguno de los siete pecados capitales (soberbia, avaricia, lujuria, gula,
envidia, ira, pereza) que me domine?
• ¿Procuro conocerme como soy (virtudes y
defectos) con sinceridad, delante de Dios, como un punto de partida para
mejorar?
• ¿Soy
egoísta? ¿Cuenta mucho mi tiempo, mis gustos y planes...? ¿Cuál es el punto
central de mis pensamientos: Dios y los demás o yo?