martes, 18 de agosto de 2009

Misa Dominical


¿POR QUÉ IR A MISA LOS DOMINGOS?

Porque “sin la Eucaristía no se puede vivir”. Benedicto XVI explica un ejemplo de 49 cristianos en Africa, en el año 304, que pagaron con su vida por asistir a la Misa Dominical.

El emperador Diocleciano prohibió a los cristianos, so pena de muerte, poseer las Escrituras, reunirse el domingo para celebrar la Eucaristía y construir lugares para sus asambleas.

En Abitene, pequeña localidad en lo que hoy es Túnez, en un domingo se sorprendió a 49 cristianos que, reunidos en la casa de Octavio Félix, celebraban la Eucaristía, desafiando las prohibiciones imperiales.

Arrestados, fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino.

En particular, fue significativa la respuesta que ofreció Emérito al procónsul, tras preguntarle por qué habían violado la orden del emperador. Le dijo:

-«Sine dominico non possumus», sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades cotidianas y no sucumbir.

Después de atroces torturas, los 49 mártires de Abitene fueron asesinados. Confirmaron así, con el derramamiento de sangre, su fe. Murieron, pero vencieron: nosotros les recordamos ahora en la gloria de Cristo resucitado.

Enseñanza que podríamos sacar:
Así son los verdaderos cristianos de todos los tiempos. También los del siglo XXI y como habrán de ser los del siglo XXI, si aún no ha sido el juicio final.
Es evidente que no fueron a Misa por cumplir, sino por Amor a una petición del Hijo de Dios, del Dominus (Señor).
Más que una obligación, tenemos necesidad de este Pan para afrontar los esfuerzos y cansancios del viaje. El domingo, día del Señor, es la ocasión propicia para sacar fuerza de Él, que es el Señor de la vida. Aquí encontramos la energía necesaria para el camino de la felicidad auténtica.