LA LLAGA DE
LA MANO IZQUIERDA
1. ¿Cómo fue esa herida?
Después de clavar la mano derecha
del Señor, estiran el cuerpo, para que la mano izquierda, se coloque sobre el
agujero preparado en la madera de la cruz, para ser enclavado con mayor
facilidad. Quizá no coincidió el agujero de la madera. Y los dolores del primer
clavo, se renuevan, al volver a golpear los martillos el hierro que atraviesa
la segunda mano de Jesús.
2. ¿Qué significa esa mano.
Humildad. Jesús es humillado,
despreciado. Ya no cabe ninguna defensa
humana, está inerme -sin armas-, indefenso.
Humanamente no puede hacer nada. Las dos manos fijas al madero,
inamovibles.
Nadie le defiende tampoco. A los
ojos humanos parece definitivamente derrotado.
Dios ama tanto al hombre, que se
abaja a su nivel -se humilla- para elevarle. Eso es lo propio del amor, y más
aún, del Amor divino. Por eso se hace hombre. Por eso se humilla hasta el nivel
donde se encuentre quien más lo necesite y -si quiere- elevarlo a un nivel
divino, es decir, endiosarlo.
3. ¿Qué debo hacer yo?
Ante las humillaciones unos se
rebelan, otros se llenan de odio y de rencor, otros reaccionan con violencia.
Algunos llegan a resignarse al no poder hacer otra cosa.
La humildad es la verdad. Reconocerla
en la presencia de Jesús en la Cruz es el punto de partida para mejorar, da la
necesaria serenidad para acudir a Dios y para poner todos los medios humanos.
Cuando le vemos resucitado y
glorioso vemos a que nivel quiere elevar a todo hombre que libremente se una a
Él. La Humildad de Jesús es luz que ilumina toda existencia humana
Adoro la llaga
de tu mano izquierda Jesús
- Por ella te pido la gracia de que nunca te ofenda con mis manos.
- También la gracia de la humildad verdadera, que me lleve a aceptar
con alegría siempre y en todo lo que tu divina Sabiduría ha establecido para
salvarme. Amén.