La Confesión
Sacramental
Preparación
para la Confesión
El Sacramento de la penitencia y de la
Reconciliación en palabras del Catecismo de la Iglesia
Católica (nn 1486 y sig.)
El perdón de los pecados
cometidos después del Bautismo es concedido por un sacramento propio llamado
sacramento de la conversión, de la confesión, de la penitencia o de la
reconciliación.
A los ojos de la fe, ningún mal
es más grave que el pecado y nada tiene peores consecuencias para los pecadores
mismos, para la Iglesia y para el mundo entero.
Volver a la comunión con Dios, después de haberla perdido
por el pecado, es un movimiento que nace de la gracia de Dios, rico en
misericordia y deseoso de la salvación de los hombres. Es preciso pedir este
don precioso para sí mismo y para los demás.
El movimiento de retorno a Dios, llamado conversión y
arrepentimiento, implica un dolor y una aversión respecto a los pecados
cometidos, y el propósito firme de no volver a pecar. La conversión, por tanto,
mira al pasado y al futuro: se nutre de la esperanza en la misericordia divina.
El sacramento de la Penitencia
está constituido por el conjunto de tres actos realizados por el penitente, y
por la absolución del sacerdote.
Los actos del penitente son: el
arrepentimiento, la confesión o manifestación de los pecados al sacerdote y el
propósito de realizar la reparación y las obras de penitencia.
El arrepentimiento (llamado también
contrición) debe estar inspirado en motivaciones que brotan de la fe.
El que quiere obtener la reconciliación con Dios y con !a Iglesia debe confesar
al sacerdote todos los pecados graves que no ha confesado aún y de los que
se acuerda tras examinar cuidadosamente su conciencia.
La confesión individual e integra de los pecados graves seguida de la
absolución es el único medio ordinario de reconciliación con Dios y con la
Iglesia.
La fórmula de la absolución que pronuncia el sacerdote en
nombre de Jesucristo es la siguiente:
Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al
mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo, y derramó el Espíritu Santo
para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia,
el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo.
Breve examen de
Conciencia
«El acto llamado examen de conciencia debe
ser siempre no una ansiosa introspección psicológica, sino la confrontación
sincera y serena con la ley moral interior, con las normas evangélicas
propuestas por la Iglesia, con el mismo Cristo Jesús, que es para nosotros
maestro y modelo de vida.
Aprended a llamar
blanco a lo blanco y negro a lo negro; mal al mal y bien al bien.
Aprended a llamar
pecado al pecado»
(Beato Juan Pablo
II)
Primer mandamiento de
la Ley de Dios
-¿He dudado o negado
las verdades de la fe católica?
-¿He practicado la
superstición o el espiritismo?
-¿Me he acercado
indignamente a recibir algún sacramento?
Segundo mandamiento
-¿He blasfemado? ¿He jurado sin necesidad o sin verdad?
-¿He jurado hacer
algún mal? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse?
-¿He dejado de
cumplir algún voto o promesa grave?
Tercer mandamiento
-¿He faltado a Misa
los domingos o fiestas de precepto?
-¿He vivido el ayuno
y la abstinencia el Miércoles de Ceniza
y el Viernes Santo?
-¿He realizado un
acto de penitencia u otro acto piadoso,
si no he guardado la abstinencia los
viernes?
-¿He callado en la
confesión por vergüenza algún pecado grave?
Cuarto mandamiento
-¿Soy amable con los
demás? ¿Me falta comprensión, paciencia
y cariño en la vida de familia?
-¿Me dejo llevar por
el mal genio y me enfado con frecuencia sin motivo justificado?
-¿Soy egoísta y trato
de imponer siempre mis gustos y
caprichos?
Hijos:
-¿He desobedecido a
mis padres o familiares en cosas
importantes?
-¿Manifiesto, con
hechos, respeto y cariño a mis padres y
familiares?
-¿Me he sentido
responsable ante mis padres del esfuerzo que hacen para que yo me forme,
estudiando y cumpliendo mis deberes con intensidad?
-¿Peleo con mis
hermanos? ¿Me reconcilio con ellos con
prontitud?
-¿Soy egoísta con las
cosas que tengo y me duele dejárselas a
mis hermanos?
Padres:
-¿Corrijo los
defectos de mis hijos con firmeza o se
los dejo pasar por comodidad?
-¿He corregido a mis
hijos con justicia y por amor o me dejo
llevar por motivos egoístas: porque me
molestan, porque me interrumpen, etc.?
-¿He dado mal ejemplo
a mis hijos no cumpliendo con mis
deberes religiosos, familiares o
profesionales? ¿Los he entristecido con mi
conducía?
-¿Me he preocupado de
la formación religiosa y moral de las personas que viven en mi casa o dependen
de mí?
-¿He reñido con mi
cónyuge? ¿Ha habido malos tratos de
palabra o de obras? ¿He fortalecido su
autoridad, evitando contradecirle o discutirle delante de mis hijos?
Quinto mandamiento
-¿He atentado contra
mi vida o la de los demás?
-¿Tengo enemistad,
odio o rencor contra alguien?
-¿He deseado un mal
al prójimo? ¿Me he alegrado de los males
que le han ocurrido?
-¿Me he dejado
dominar por la envidia?
-¿Me he dejado llevar
por la ira? ¿He causado con ello
disgusto a otras personas?
-¿He hecho daño a
otros de palabra o de obra?
-¿He practicado,
aconsejado o facilitado el grave crimen
del aborto?
-¿Me he embriagado,
comido o bebido con exceso o consumido drogas?
-¿He descuidado mi
salud? ¿He manejado vehículos imprudentemente, poniendo en peligro mi vida o la
de otros?
-¿He sido causa de
que otros pequen por mi conversación, mi
modo de vestir, mi asistencia a algún
espectáculo o con el préstamo de algún libro
o revista? ¿He tratado de reparar el
escándalo?
-¿He descuidado mi
trabajo, faltando a la justicia en
materia importante? ¿Estoy dispuesto a
reparar el daño que se haya seguido?
-¿He sido perezoso en
el cumplimiento de mis deberes? ¿Retraso
con frecuencia el momento de ponerme a
trabajar?
Sexto y noveno
mandamientos
-¿He aceptado
pensamientos o miradas impuras?
-¿He visto revistas o
películas o he asistido a espectáculos
pornográficos que desnaturalizan la
dignidad del sexo y lesionan gravemente la
personalidad?
-¿He realizado actos
impuros? ¿Solo o con otras personas? ¿De distinto o del mismo sexo?
-¿He negado su
derecho al otro cónyuge?
-¿He usado
indebidamente el matrimonio?
-¿Vivo la paternidad
responsable y acepto la doctrina del Magisterio de la Iglesia o utilizo medios desaconsejados por la Iglesia
para evitar hijos?
-¿He cometido
adulterio? ¿He faltado a la fidelidad
con pensamiento o de obra?
Séptimo y décimo
mandamientos
-¿He tomado dinero o
me he apropiado de cosas que no son mías? ¿He restituido o reparado?
-¿He recibido
comisiones indebidamente o me he enriquecido ilícitamente, es decir sin causa,
o he participado en hechos de corrupción administrativa?
-¿He perjudicado a
los demás con engaño, cobrando más de lo debido o con falta de honradez en los
contratos o relaciones comerciales?
-¿He evitado desde mi
posición, en la medida en que podía
hacerlo, las injusticias, la corrupción, el fraude y demás abusos que dañan el bien social?
-¿Estoy dispuesto a sufrir
un perjuicio personal o económico antes
de cometer o cooperar formalmente en una
injusticia?
-¿Retribuyo con
justicia el trabajo de los demás?
-¿He malgastado el
dinero? ¿Doy limosna según mi posición?
Octavo mandamiento
-¿He dicho mentiras?
¿He reparado el daño que haya podido seguirse?
-¿He descubierto, sin
justa causa; defectos graves de otras personas?
-¿He hablado mal de
otros? ¿He calumniado?
Acto de contrición
Jesús, mi Señor y Redentor: yo me
arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo
corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a
pecar y confío en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el
perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.