IX estación: Jesús cae por tercera
vez
Para ir a la novena estación, quizá
antiguamente había un paso más directo, pero hoy en día es necesario volver
sobre los propios pasos hasta el zoco, seguirlo unos metros en dirección sur, y
tomar una escalera que se abre en el lado derecho de la vía. Al final de un
callejón, una columna señala la tercera caída. Está colocada en una esquina,
entre un acceso a la terraza del convento etíope y la puerta de la iglesia
copta de San Antonio.
El Señor cae por tercera vez, en la ladera del Calvario, cuando quedan
sólo cuarenta o cincuenta pasos para llegar a la cumbre. Jesús no se sostiene
en pie: le faltan las fuerzas, y yace agotado en tierra (San Josemaría, Vía Crucis, IX
estación ).
Ahora comprendes cuánto has hecho sufrir a Jesús, y te llenas de dolor:
¡qué sencillo pedirle perdón, y llorar tus traiciones pasadas! ¡No te caben en
el pecho las ansias de reparar! Bien. Pero no olvides que el espíritu de
penitencia está principalmente en cumplir, cueste lo que cueste, el deber de
cada instante
(Ibid., IX estación, punto 5).
Desde la novena estación, se puede
llegar al patio de la basílica del Santo Sepulcro a través de la terraza del
convento etíope.
El sitio donde se recuerda la última
caída del Señor queda a pocos metros de la basílica del Santo Sepulcro. De
hecho, las últimas cinco estaciones de la Vía Dolorosa se encuentran en su
interior.
Para ir allí, una opción es volver al zoco y recorrer algunas calles
hasta llegar a la plazoleta que se abre frente a la entrada, en la fachada sur;
es el itinerario habitual de la procesión de los viernes.
La otra opción, más
corta, consiste en cruzar la terraza del convento etíope —que a su vez es la
cubierta de una de las capillas inferiores de la basílica—, y descender
atravesando el edificio, que tiene una salida directa a la plaza, junto al
lugar del Calvario.