viernes, 31 de julio de 2009

Heroicos como soles y escondidos como estrellas

Hay tantas de historias de cristianos, muchos sacerdotes, tan heroicas como soles y tan escondidas como las estrellas, pero que a los ojos de Dios no son desconocidas. Y esto es, a fin de cuentas, lo importante. Aquí hay algunas:

(Del Santo Cura de Ars)
“¿Cómo no destacar sus esfuerzos apostólicos, su servicio infatigable y oculto, su caridad que no excluye a nadie?

(De muchos más desconocidos)
Y ¿qué decir de la fidelidad entusiasta de tantos sacerdotes que, a pesar de las dificultades e incomprensiones, perseveran en su vocación de "amigos de Cristo", llamados personalmente, elegidos y enviados por Él?

(De su primer párroco)
Todavía conservo en el corazón el recuerdo del primer párroco con el que comencé mi ministerio como joven sacerdote: fue para mí un ejemplo de entrega sin reservas al propio ministerio pastoral, llegando a morir cuando llevaba el viático a un enfermo grave. También repaso los innumerables hermanos que he conocido a lo largo de mi vida y últimamente en mis viajes pastorales a diversas naciones, comprometidos generosamente en el ejercicio cotidiano de su ministerio sacerdotal”

(Benedicto XVI, Carta de Benedicto XVI a los sacerdotes con motivo del año sacerdotal)