X estación:
despojan a Jesús de sus vestiduras
La décima estación de la Vía
Dolorosa suele contemplarse nada más subir al Gólgota, unos metros antes de la
capilla de la Crucifixión, donde se recuerda la undécima. (Foto: Marie-Armelle Beaulieu/CTS)
Nada más entrar en el Santo
Sepulcro, a la derecha, dos escaleras de piedra muy empinadas suben a las
capillas del Gólgota, el lugar del suplicio. Se encuentran a unos cinco metros
de altura sobre el nivel de la basílica. Una vez arriba, los peregrinos suelen
contemplar la décima estación.
Al llegar el Señor al Calvario, le dan a beber un poco de vino mezclado
con hiel, como un narcótico, que disminuya en algo el dolor de la crucifixión.
Pero Jesús, habiéndolo gustado para agradecer ese piadoso servicio, no ha
querido beberlo (cfr. Mt 27, 34). Se entrega a la muerte con la plena libertad
del Amor.
Luego, los soldados despojan a Cristo de sus vestidos (...) y los
dividen en cuatro partes. Pero la túnica es sin costura, por lo que dicen:
—No la dividamos; mas echemos suertes para ver de quién será (Jn 19,
24).
Es el expolio, el despojo, la pobreza más absoluta. Nada ha quedado al
Señor, sino un madero.
Para llegar a Dios, Cristo es el camino; pero Cristo está en la Cruz, y
para subir a la Cruz hay que tener el corazón libre, desasido de las cosas de
la tierra (San Josemaría, Via Crucis, X estación)
XI estación:
Jesús es clavado en la Cruz
Unos pasos separan la décima de la
undécima estación, recordada con un altar. La escena de la crucifixión figura
encima, en un mosaico. La capilla pertenece a los franciscanos de la Custodia
de Tierra Santa.
Ya han cosido a Jesús al madero. Los
verdugos han ejecutado despiadadamente la sentencia. El Señor ha dejado hacer,
con mansedumbre infinita.
No era necesario tanto tormento (...). Pero quiso sufrir todo eso por ti
y por mí. Y nosotros, ¿no vamos a saber corresponder?
Es muy posible que en alguna ocasión, a solas con un crucifijo, se te
vengan las lágrimas a los ojos. No te domines... Pero procura que ese llanto
acabe en un propósito
(San Josemaría, Via
Crucis, XI estación, 1)