jueves, 7 de diciembre de 2017

Textos Adviento 2o Domingo: 10 diciembre / Propósitos homilía

Este es cristiano porque…                           (Tomado de Hablar con Dios)
Tenemos al mismo Cristo. Como Juan el Bautista, procuremos dar a conocer nuestra amistad con Jesús. Cada uno hemos de «procurar comportarnos según su doctrina, luchar para que nuestra conducta recuerde a Jesús, evoque su figura amabilísima.
Vivamos de tal manera, que los demás puedan decir, al vernos: éste es cristiano, porque no odia, porque sabe comprender, porque no es fanático, porque está por encima de los instintos, porque es sacrificado, porque manifiesta sentimientos de paz, porque ama».
Quizá algunos no lo conocen. Muchos se hallan volcados hacia otros bienes limitados como si fueran su fin último; pero con ellos no llenarán su corazón jamás.
Hemos de señalarles el camino.
Nuestra familia, los amigos, los compañeros de trabajo, aquellas personas a quienes vemos con frecuencia, deben ser los primeros en beneficiarse de nuestro amor al Señor.
Con el esfuerzo por vivir nuestra fe y con la oración debemos llegar incluso hasta aquellos con quienes no tenemos ocasión de hablar.


TEXTOS MISA DOMINGO II DE ADVIENTO (10 diciembre 2017)

Antífona de entrada 
Pueblo de Sión: mira al Señor que viene a salvar a los pueblos. El Señor hará oír la majestad de su voz y os alegraréis de todo corazón.

Oración colecta
Señor todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Preparen el camino del Señor
Lectura del libro del profeta Isaías  (40, 1-5.9-11)
“Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados”. Una voz clama: “Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina  se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán”. Así ha hablado la boca del Señor. Sube a  lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que  anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: “Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo  domina todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres”.
(Palabra de Dios –Te alabamos Señor)

Salmo Responsorial  (Del Salmo 84)
V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.
R/. Muéstranos, Señor tu misericordia y danos al Salvador
V/. Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra.
R/. Muéstranos, Señor tu misericordia y danos al Salvador
V/. La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo.
R/. Muéstranos, Señor tu misericordia y danos al Salvador
V/. Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas.
R/. Muéstranos, Señor tu misericordia y danos al Salvador

SEGUNDA LECTURA
Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro  (3, 8-14)
Queridos hermanos: No olviden que para el Señor, un día es como mil años y mil años,  como un día. No es que el Señor se tarde, como algunos suponen, en cumplir su promesa,  sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no quiere que nadie perezca, sino que  todos se arrepientan. El día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos desaparecerán con gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y perecerá la tierra con todo lo que hay en ella. Puesto que todo va a ser destruido, piensen con cuánta santidad y entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los halle en paz con  él, sin mancha ni reproche.
 (Palabra de Dios –Te alabamos Señor.)

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán al Salvador.
Aleluya

EVANGELIO
Enderecen los senderos del Señor
Lectura del santo Evangelio según san Marcos  (1, 1-8)
Este es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a preparar tu  camino. Voz del que clama en el desierto: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”. En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando  un bautismo de arrepentimiento, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la  comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los  bautizaba en el Jordán. Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: “Ya viene detrás  de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él  los bautizará con el Espíritu Santo”.
 (Palabra del Señor –Gloria a ti Señor Jesús.)

Oración sobre las ofrendas
Que los ruegos y ofrendas de nuestra pobreza te conmuevan, Señor, y al vernos desvalidos y sin méritos propios acude, compasivo, en nuestra ayuda. Por Jesucristo nuestro Señor.

Antífona de comunión (Ba 5,5; 4,36)
Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura, contempla el gozo que Dios te envía.

Oración después de la comunión
Alimentados con esta eucaristía te pedimos, Señor, que, por la comunión de tu sacramento, nos des sabiduría para sopesar los bienes de la tierra amando intensamente los del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

PROPOSITOS DE LA HOMILIA
Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos
Adviento es un “tiempo fuerte” porque hay bendiciones especiales de Dios para lograr una nueva y más profunda conversión.
Podemos preguntar personalmente al Señor:
¿Qué debería mejorar yo en mi trabajo (o las clases y el estudio), y en el trato con mi familia (mi cónyuge, mis hijos, mis papás)?.
•  ¿Hay alguno de los siete pecados capitales (soberbia, avaricia, lujuria, gula, envidia, ira, pereza) que me domine?
¿Procuro conocerme como soy (virtudes y defectos) con sinceridad, delante de Dios, como un punto de partida para mejorar?
 ¿Soy egoísta? ¿Cuenta mucho mi tiempo, mis gustos y planes...? ¿Cuál es el punto central de mis pensamientos: Dios y los demás o yo?